jueves, 7 de diciembre de 2017

Capitalismo: Historia y Cultura
Favio Andres Acosta David - Ingeniería Electrónica
Francisco Samir Sanchez Morato- Ingeniería Química
Omaira Valbuena Clavijo - Antropología
Kelly Zapata Gómez - Lenguas y Cultura


“Con esta fe podremos labrar de la montaña de la desesperación, una piedra de esperanza.
Con esta fe podremos transformar el sonido discordante de nuestra nación
en una hermosa sinfonía de hermandad”

- Martin Luther King

La Esclavitud en el Corazón de las Tinieblas
Representación del siglo XIX de un campamento en el río Congo. Crédito a: Universal History Archive/UIG. Recuperado de https://www.nytimes.com/2017/08/18/opinion/joseph-conrad-congo-river.html


A lo largo de la novela es posible notar diferentes aspectos del capitalismo y el papel que tuvieron en la colonización del Congo; sin embargo, uno de los más notorios y el cual se relaciona con los demás es la esclavitud. En el libro se menciona cómo las compañías comerciales europeas realizaban expediciones al África en busca de materias primas, en este caso particular, de marfil y cómo la manera en que realizaban los procesos de extracción y tratamiento del mismo era a partir de la esclavitud de los nativos. Estos, eran considerados “cuerpos a la reproducción del capital” con el propósito de servirse de ellos como instrumentos de producción que no representaban costos mayores, en la medida en que el trato a los mismos era bajo condiciones de vida lamentables. En este trabajo se discutirán cuatro elementos relacionados con la esclavitud que se describe en el libro: inicialmente, se comentará el papel de las compañías comerciales como reproductoras de la esclavitud y como generadoras de “nuevas naturalezas” en África; seguidamente, se hará referencia a las circunstancias que rodeaban a los esclavos en el Congo, es decir, se tratarán aspectos como la hambruna, el maltrato y los trabajos a los que eran sometidos; después, se discutirán las condiciones de vida de los colonos en referencia a sus comodidades y privilegios y finalmente, se mencionara la concepción del “otro” que justificaba e incluso naturalizaba los procesos que se llevaban a cabo en estos lugares. Con este trabajo buscamos analizar cómo la esclavitud es consecuencia de los procesos del capitalismo en la medida en que deshumanizó a ciertas sociedades convirtiéndolas en recursos para el desarrollo del capital.


Con respecto a las compañías comerciales, se puede evidenciar por medio de este libro que estas asociaciones (netamente elaboradas para hacer dinero), son la parte fundamental de la historia puesto que de no ser por ellas los relatos del capitán Marlow hubieran sido diferentes a los que se enuncian en el libro. De hecho, los relatos del protagonista no los habría podido escuchar el autor de no ser porque se dirigían en un barco hacía lo que se puede suponer un viaje de negocios al interior del África, el mismo corazón de las tinieblas. Así lo deja claro al inicio, puesto que afirma viajar con el director de las compañías: Hope, quién además de ser el dueño del barco también era su propio capitán: “El director de las compañías era a la vez nuestro capitán y nuestro anfitrión. Nosotros cuatro observábamos con afecto su espalda mientras, de pie en la proa, contemplaba el mar” (Conrad, 1899, p. 2). Además, cabe resaltar que el origen de la historia de Marlow se remota a su intento de explorar aquel río que desde su niñez le llamaba la atención, el río Congo, puesto que era un lugar desconocido por muchos llenos de misterios e inquietudes. Por esta razón, Marlow se vio en la necesidad de pedir empleo en una compañía para poder navegar y explorar aquel sitio que tanto lo atraía:
“Entonces recordé que había sido creada una gran empresa, una compañía para el comercio en aquel río. ¡Maldita sea! Me dije que no podían desarrollar el comercio sin usar alguna clase de transporte en aquella inmensidad de agua fresca. ¡Barcos de vapor! ¿Por qué no intentaba yo encargarme de uno?” (Conrad, 1899, p. 2).
El anterior es un claro ejemplo de como la necesidad de las compañías por ganar dinero, hizo que se impulsaran a ser parte fundamental del proceso del colonialismo, intentando sacar el mayor provecho (a su antojo) de los recursos naturales que esas tierras tenían. De esta manera, no solo las compañías inglesas se apoderaron de territorios africanos, sino que también: “del poder político en [las] Indias, el monopolio del comercio de té y del comercio chino en general, así como el del transporte de mercancías de Europa a China y viceversa” (Marx, 1890, p. 20). Por esta razón, las compañías europeas se acentuaron en otros países y regiones para asegurar su cometido, e inculcar (a la fuerza) su cultura a los nativos. Asimismo, los hechos del libro reflejan como las compañías se preocupaban por su propio bienestar y el de sus socios que en su afán de lograr grandes ganancias dejaban de lado las implicaciones negativas que podían ejercer sus actos contra los demás o contra el medio ambiente, como lo ratifica el capitán Marlow en su relato: “Traté de insinuar que lo que a la compañía le interesaba era su propio beneficio” (Conrad, 1899, p. 20). Es por esto que, a la compañía de marfil en el Congo no le importaba la seguridad de sus así llamados “empleados” que eran los mismos nativos, los cuales incautos firmaban un contrato que los hacia trabajar como esclavos. Igualmente, esta compañía tampoco se fijaba en los daños al medio ambiente que provocaban, como se evidencia en la lectura:
“Después estuve casi a punto de caer por un estrecho barranco, no mucho mayor que una cicatriz en el costado de la colina. Descubrí que algunos tubos de drenaje importados para los campamentos de la compañía habían sido dejados allí. Todos estaban rotos. Era un destrozo lamentable” (Conrad, 1899, p. 27).
En consecuencia, esta obra ejemplifica la cruda realidad de cómo las compañías se toman el control de muchas regiones con el fin de extraer sus riquezas y productos naturales, sin importarles los medios o sacrificios necesarios que tengan que realizar para dicho fin, es así como aparte del Congo, alrededor del mundo muchas más regiones han sido afectadas por estas empresas comerciales, un ejemplo de ello son las compañías en Amazonas, “que para explotar el caucho montaron un sistema masivo de esclavización y exterminio de los pueblos indígenas a comienzos del siglo XX” (Serje, 2017, p. 43).

Por otra parte, el entorno que gira alrededor de los relatos que expresaba el capitán Marlow a su tripulación, en la obra de Conrad, era netamente esclavista. En especial, la esclavitud de la época se concibe con mayor claridad cuando Marlow narra sus aventuras a lo largo de las colonias europeas en África, en donde éste destaca toda clase de adversidades en contra de los esclavos nativos de la región. Uno de los principales responsables de dichas atrocidades es el modelo extractivo, propio de la época, en el cual las compañías ultramarinas de las grandes potencias eran actores directos, para una de las cuales trabajaba este capitán.
Al comienzo de la obra, en palabras del personaje principal se señala con claridad cómo las barbaries que conlleva la esclavitud se intentan justificar a través de los beneficios económicos basados en la extracción y la explotación de los recursos naturales de la región. En otras palabras, como lo escribe Conrad:
“[…] La conquista de la tierra, que por lo general consiste en arrebatársela a quienes tienen una tez de color distinto o narices ligeramente más chatas que las nuestras, no es nada agradable cuando se observa con atención. Lo único que la redime es la idea. Una idea que la respalda: no un pretexto sentimental sino una idea; y una creencia generosa en esa idea, en algo que se puede enarbolar, ante lo que uno puede postrarse y ofrecerse en sacrificio […]”.
Conforme se va desarrollando la obra, en los relatos del capitán Marlow se exponen diferentes aspectos de la vida en las colonias y de la influencia de las compañías sobre estas. Antes que todo, vale la pena resaltar la reunión que sostuvo Marlow con un médico, antes de partir rumbo a las colonias africanas. En ésta, se le plantea al capitán un estudio psicológico antes y después de su viaje, con el objetivo de identificar la manera en cómo su interacción con los nativos, a los que se les consideraba “salvajes”, podría afectar la “racionalidad de las personas civilizadas”. Claramente en esta reunión, salen a la vista dos concepciones opuestas propias de la época: la sociedad civilizada de los colonizadores y la sociedad salvaje de los colonizados, una desarrollada y otra retrasada respectivamente.
A lo largo de su paso por las distintas colonias, Marlow relata la vida deshumanizada que llevan los esclavos, con extenuantes jornadas de trabajo, alimentación escasa y lugares indecorosos para dormir. Las sumas de todas estas condiciones, junto con las pesadas cadenas cargadas a diario, provoca que el aspecto físico y emocional de quienes las padecen no sea el óptimo, y tal como los describe Conrad:
“[…] Caminaban lentamente, el gesto erguido, balanceando pequeñas canastas llenas de tierra sobre las cabezas. […] Podía verles todas las costillas; las uniones de sus miembros eran como nudos de una cuerda. Cada uno llevaba atado al cuello un collar de hierro, y estaban atados por una cadena cuyos eslabones colgaban entre ellos, con un rítmico sonido […]”.
Más adelante en la novela, Joseph Conrad detalla, en boca de Marlow, el proceso de extracción de recursos por parte de los altos mandos de la compañía. En el caso particular se trata del proceso extractivo del marfil cerca a las cuencas del rio Congo, tal como lo suscita en el texto:
“[…] Kurtz estaba por el momento a cargo de una estación comercial muy importante en el verdadero país del marfil, en el corazón mismo, y que enviaba tanto marfil como todos los demás agentes juntos […]”.
Por último, y no menos importante, es necesario recalcar la violencia física y psicológica a la que estaban sujetos los esclavos de las colonias por parte de los entes encargados de supervisar el trabajo realizado. Además, toda clase de error que pudiese cometer un esclavo también era castigada de forma severa, como lo especifica el siguiente párrafo en la obra:
“[…]'¡Qué escándalo hace ese animal!', dijo el hombre infatigable de los bigotes, quien de pronto apareció a nuestro lado. 'De algo le servirá. Trasgresión… castigo… ¡plaf! Sin piedad, sin piedad. Es la única manera. Eso prevendrá cualquier otro incendio en el futuro […]”.
Es posible observar en cada uno de los anteriores apartados, variedad de características que rodeaban el proceso esclavista y extractivista de la época; cada uno mostrando las crueldades que un ser humano puede llegar a cometer sobre otro y sobre su entorno. Incluso el mismo Joseph Conrad por medio del capitán Marlow indica su descontento, al expresar frases como esta: “Arrancar tesoros a las entrañas de la tierra era su deseo, pero aquel deseo no tenía detrás otro propósito moral que el de la acción de unos bandidos que fuerzan una caja fuerte”. En donde compara a los colonizadores con bandoleros que roban a los nativos sus más preciados recursos naturales.

       Esclavos congoleños en una plantación de caucho colonial belga. (Foto de: Ultimate History Project).
Ahora bien, los colonos en el siglo XVIII, según “Heart of Derkness”, tenían ciertos privilegios sobre los esclavos, ya que ellos podían hacer ciertas actividades como el comercio, el cual Marlow quería practicar desde que era un niño. Además, los hombres podían tener cierta influencia antes de ser colonos para acceder a empleos en las embarcaciones. Asimismo sucedía con los lujos físicos o comodidades a los que podían acceder y/o como ciudades con “[…]altos edificios, innumerables ventanas con persianas venecianas, un silencio sepulcral, la hierba brotando entre los adoquines, a derecha a izquierda imponentes entradas para carruajes, inmensas puertas de doble hoja pesadamente entornadas” (Conrad, 1889, pp. 36-37). Esta es la descripción que Marlow hace cuando su tía con influencias le encuentra un trabajo en las embarcaciones francesas, y él va a ver al doctor en Francia para poder iniciar en su empleo. Además de ello, los blancos colonos tenían un estilo de vida totalmente distinto al de los nativos dentro de los campamentos, pues algunos de ellos podían dormir en lugares cómodos y bajo techo, vestir prendas ostentosas e incluso gozar de la luz; mientras que la mayoría de los africanos vivían trabajando y en condiciones de enfermedad y hambruna extremas como se mencionó con anterioridad.
Secuencialmente, una vez Marlow se encuentra ejerciendo su empleo en las embarcaciones en Madrid y estuvo conversando con un agente de aspecto distinguido, y dice
“Después me invitó a acompañarlo a su cuarto, que estaba en el edificio principal de la estación. Encendió una cerilla, y pude advertir que aquel joven aristócrata no sólo tenía un tocador montado en plata sino una vela entera, toda suya. Se suponía que el director era el único hombre que tenía derecho a las velas” (Conrad, 1899).
Con esto se puede evidenciar que había privilegios muy sutiles para los hombres aristócratas de la época, como poder tener una vela. Este objeto se puede decir que era un instrumento por el cual se identificaba a las personas de alto nivel social, ya que Marlow comunica que este derecho de obtener velas era reservo para el director. Igualmente, los colonos veían de manera exótica a esa “otredad”, por tanto tener objetos que ellos fabricaban era tener una especie de trofeo, pues Marlow narra que al ir al edificio donde residía un agente de alta categoría se encontró con
“Las paredes de barro estaban cubiertas con tapices indígenas; una colección de lanzas, azagayas, escudos, cuchillos, colgaba de ellas como trofeos. Según me habían informado, el trabajo confiado a aquel individuo era la fabricación de ladrillos, pero en toda la estación no había un solo pedazo de ladrillo, y había tenido que permanecer allí desde hacía más de un año, esperando” (Conrad, 1899).
De lo anterior, se puede deducir que se veía a los tapices indígenas como trofeo u objetos exóticos, en el sentido que simbolizaba la colonización que han hecho en tierras donde se suponía que los nativos de esas regiones eran incivilizados. Esto pone en evidencia que las prácticas que se hacían en aquella época exotizaban otras culturas por las diferencias que había con respecto a los colonos, además, tenían poder sobre ellos por su acceso a armas de mayor poder. Por otra parte, la exotización de las otras culturas hacía que el exhibir partes materiales de estos les otorgara cierta simbolización de poder. Asimismo, las condiciones de vida eran muy diferentes entre colonos y esclavos, ya que los primeros visualizaban la esclavitud desde una perspectiva estadística, la cual brindaba esa deshumanización hacia los africanos. De esta manera, los esclavos eran sometidos a ejercer prácticas que requerían gran fuerza física y para los colonos esto era solo una fuente de ingreso a las que ellos podían acceder. Sin embargo, se debe de tener en consideración, que esta perspectiva ponía a los esclavos en condiciones de vida poco óptimas, donde incluso pasaban hambre, y hacía que esta situación se normalizara. Por otra parte, como se dijo anteriormente, como los ingresos para los colonos mayormente se debía al trabajo de los esclavos, los colonizadores tenían un gran flujo de riqueza que era en parte la saqueada de las colonias, lo que hacía que las condiciones de vida entre colonos y esclavos fuera enormemente diferentes por la desigualdad y relaciones de poder existentes.

Finalmente, y con relación a la concepción del “otro”, es importante mencionar la idea que los colonos tenían de los nativos, no como iguales a ellos sino como seres totalmente distintos; sin embargo, las distinciones que se hacían no solo estaban basadas en el aspecto físico de cada uno o en las costumbres de ambas sociedades, sino también en la mentalidad que se le atribuía a cada parte y lo que era considerado conocimiento o lo que se había naturalizado como civilizado. Con respecto a ello, los saberes europeos, su forma de vida y sus ideas de comercio eran las únicas pensadas como normales o civilizadas, mientras que las formas de pensamientos, las prácticas y los saberes de los nativos africanos eran vistos como anormales, desconocidos y por tanto erróneos, salvajes e ignorantes incivilizados. Incluso el mismo Conrad menciona la superioridad de los colonos sobre los nativos, haciendo énfasis en su supuesto atraso, su supuesta ignorancia y la facultad de los colonos para ser guiadores de los mismos:
“[…] no creo que ninguno de ellos tuviera una noción clara del tiempo como la tenemos nosotros después de innumerables siglos; pertenecían aún a los comienzos del tiempo […] debemos por fuerza parecerles a ellos (los salvajes) seres sobrenaturales: nos acercamos a ellos revestidos con los poderes de una deidad […] Por el simple ejercicio de nuestra voluntad podemos ejercer un poder para el bien prácticamente ilimitado"(Conrad, 1899).
Debido a estas ideas de superioridad sobre el “otro”, interpretaron a los africanos como ese alguien que debía ser educado, guiado por el camino correcto, rescatado de su obscuridad y en el que era necesario implantar las mismas ideas y prácticas de la sociedad europea; sin embargo, contrariamente a estas intenciones de adoctrinamiento, lo que verdaderamente hicieron fue encontrar la excusa ideal para valerse de los nativos y utilizarlos para sus fines económicos. Como es posible notar a lo largo del libro, al ser vistos como salvajes se les utilizó como si lo fueran: bajo deplorables condiciones de vida, trabajos excesivos y sin ninguna clase de reparo por su salud o su bienestar. Aunque Conrad menciona el propósito de ilustrar a estas sociedades como una “noble causa” está claro que no había nada de noble en ello y que la causa no era más que un interés comercial por la extracción de marfil.  Ahora bien, el personaje principal atraviesa el proceso de desdibujar esta idea al ver de primera mano los procesos que estaban detrás de estas producciones comerciales y descubre cual es el verdadero corazón de las tinieblas; no estas sociedades, sino los colonos y los alcances de sus acciones para lograr sus propósitos.


En conclusión, la esclavitud (entendida no solo como la privación de la libertad de la mente y el cuerpo, sino también la privación a la facultad de poder vivir conforme sus costumbres y saberes) es uno de los aspectos del capitalismo del  libro “Heart of Darkness”. Esto se puede ver ejemplificado desde diferentes perspectivas, como se mencionó con anterioridad: por una parte, la influencia de las compañías comerciales para implementar la esclavitud como método para generar mano de obra sometida bajo ciertas circunstancias y los efectos que esto trajo tanto en la sociedad del Congo como en el ambiente en el que residían. Por otra parte, lo notorio de las diferencias entre las condiciones de vida de los colonos y las condiciones de privación de la libertad (física, al ser utilizados al servicio de la producción del capital y por tanto de los colonos, pero también mental, en la medida que se les negaba su antigua vida y sus propios saberes) a las que los nativos eran sometidos; sin embargo, los miembros de las compañías comerciales gozaban de privilegios en la alimentación y en cuestión de comodidades. Ahora bien, aunque el autor menciona que el propósito de las expediciones era salvar a los nativos de su oscuridad o su ignorancia y salvajismo, lo que realmente hicieron fue crear a ese “otro” del que pudieran servirse, no como a un igual, sino como a una herramienta al servicio de sus propios fines comerciales.   

Los acontecimientos que el autor narra en su texto nos demuestran por una parte, el innegable papel del capitalismo en el nacimiento de la esclavitud marcada por violencia y expropiaciones, por la creación de nuevas naturalezas y por la utilización de la tierra para fines que no tienen en cuenta la opinión de sus habitantes. Como se menciona en la introducción del libro “Capitalism And Slavery” (1944) de Eric Williams: la esclavitud “no fue un fenómeno marginal, merecedor de oprobio y vergüenza, [que luego fue] felizmente superado por la marcha triunfante del capitalismo y del régimen contractual del trabajo libre que siempre parece caracterizar a las economías modernas. La esclavitud fue, antes bien, una pieza crucial en los primeros momentos de la formación del capitalismo mundial”. Con relación a lo anterior, en el libro de Conrad se hace bastante claro la relación entre el capitalismo y la esclavitud y los procesos que rodean a ambos; tal es el caso, que es posible asumir que el verdadero “corazón de las inmensas tinieblas” no era África, como Marlow quizás en un inicio pudo considerar, sino los mismos hombres detrás del desarrollo del capitalismo, no solo en el libro sino también en la realidad.  
"Boy Travelers on the Congo" por Thomas W Knox, New York.

Referencias
Conrad, J. (2015). El corazón de las tinieblas. Penguin Random House Grupo Editorial: España. Nº 1.

Jasanoff, M. (2017). With Conrad on the Congo River. The New York Times. Recuperado de https://www.nytimes.com/2017/08/18/opinion/joseph-conrad-congo-river.html

Marx, K. [1867]. El Capital, Introducción a la crítica de la economía política. (Vol. 1, Parte VIII: La acumulación primitiva, cap. 27, 4a Ed.). Recuperado de: https://sicuaplus.uniandes.edu.co/bbcswebdav/pid-1960117-dt-content-rid-19830054_1/courses/201720_ANTR1135A_01/acumulaci%C3%B3n%20originaria%20el%20capital.pdf

Raskin, T. (2015). The Irony of Colonial Apologetics. Foreign Policy in Focus. Recuperado de  http://fpif.org/irony-colonial-apologetics/

Serje, M. (2017). Fronteras y periferias en la historia del capitalismo. El caso de América Latina. Revista de Geografía Norte Grande, No.66, 33-48

Williams, E. (1944). Capitalism and Slavery. Traficantes de Sueños. 


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